La pólvora está compuesta por la mezcla de varios químicos que la hacen altamente explosiva, inflamable y tóxica. La combustión de la pólvora se puede iniciar con facilidad por efectos de su contacto con: llamas, calor, fricción y golpes, razones que requieren que su manejo sea muy cuidadoso. Al explotar produce considerable cantidad de humo y muchos gases tóxicos.
El uso de la pólvora suele ocasionar lesiones auditivas, más específicamente ruptura timpánica por la detonación, quemaduras de primer, segundo y tercer grado, heridas abiertas y pérdida de partes del cuerpo; daños oculares, e incluso la muerte, que se producen durante la producción, almacenamiento, transporte, manipulación o uso inadecuado de los llamados fuegos artificiales o fuegos pirotécnicos. Las lesiones que provocan se deben a la naturaleza misma de la pólvora que se comporta como un material inflamable, explosivo y tóxico.
Entre los efectos que pueden provocar la pólvora en su mascota están: palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad y pérdida del control.
La afectación en diferentes partes del cuerpo por la manipulación de artefactos pirotécnicos depende, esencialmente, del tipo de elemento implicado en la lesión.
Fragmento el Taller de sensibilización propuesto por Orientación escolar. Psicologas Ximena Bravo y María Mercedes Portilla.
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